Por segunda vez en Argentina llega a PROA una
muestra de Joseph Beuys. No es una megamuestra retrospectiva, sino algunos trabajos y objetos sueltos más bien del final de su carrera, cuando su trabajo ya había devenido
hacia la acción y la perfomance. Esta exposición nos plantea varios desafíos como espectadores y como artistas ya que choca de
frente con la argentinidad y con todo lo que el campo del arte local adora tanto, lo material.
A pesar de los esfuerzos pedagógicos que acompañan al espectador -bien
encauzados según mi opinión- la gente de PROA
presenta el trabajo de Beuys como difícil de abordar o inaccesible, y
esto es verdad, se nos complica abordar su obra porque nos pide que cambiemos todas nuestras concepciones
sobre el arte y sobre el hombre. Más allá de su statement inicial de la “Social Sculpture”, en que hay que llevar
el arte a la totalidad de la creatividad humana para restaurar en el hombre sus capacidades energéticas vitales y creativas, eso
nos pone en el campo de la trascendencia y determina al arte como el campo que
nos conecta con lo espiritual como fuente de vitalidad. Así que para abordar su obra debemos incluir lo
espiritual, cosa que tanto nos cuesta en estas latitudes. En esto se plantea, a
mi entender, el mayor desafío para el campo local, salir del cinismo
intelectualoide ultra-materialista para aceptar que nuestra naturaleza
es espiritual. A partir de ahí recién podemos empezar a hablar de la obra
de Beuys. Otro factor que complica
el abordaje -más allá de los videos presentados- es que estos objetos y trabajos varios no son
una unidad de sentido en sí mismos, nos refieren a Beuys, a su historia, a su propuesta y a la mística
redentora que lo atravesaba, sin esto, abordar su trabajo se complica, aún nos
falta data, y esa parte es la que nos corresponde a nosotros…
Creo que es
errado el referirse al trabajo de Beuys como arte conceptual. Con su trabajo somos testigos del devenir humano, su obra no solo
requiere conceptos para ser completada, se repliega hacia lo espíritual y apela
a lo que nos trasciende. Estos objetos son como reliquias o vestigios de su
labor redentora y su acción en el mundo. En este caso no tenemos un
profeta o un santo, sino a un Artista que buscaba Sanar desde el arte los
traumas de su época. (Parte 2 link acá)